Lo prometido es deuda....
Si bien este relato está dedicado a Jeangrey que ama a los ángeles, cuando lo elegí me fue imposible dejar de pensar en alguien más, un incansable compañero de ruta, así que también va para vos, sí para vos...
Un ángel me ha contado, que hace mucho tiempo atrás había una joven que paseaba por el bosque, sin darse cuenta se alejó mucho de su casa y se perdió.
Por fortuna o por desgracia, se encontró a un joven que buscaba leña para el fuego que calentaría esa noche que ya caía y prometía ser muy fría.
Se toparon frente a frente y sus ojos se encontraron naufragando en el instante, no dijeron palabra solo se miraban.
Él la tomó de la mano y como si se conocieran de siempre se besaron.
Con una sonrisa en sus labios, el joven la llevó a su casa y desde esa noche empieza un amor como nunca visto, mágico y sufrido.
Los jóvenes se encontraban todos los días y mientras más se amaban, las flores mas hermosas crecían, se vieron florecer especies raras, nunca antes vistas.
Pero a este amor que nunca se había visto de tal magnitud, un mago que andaba cerca cuando los jóvenes se estaban amando, miro que a su alrededor crecían flores.
Se dijo el mago así mismo: "Amor tan grande jamás mis ojos han visto, a prueba los pondré y si se reconociesen aun después de mi conjuro, les regalaré todas sus próximas vidas juntos".
A la mañana siguiente, ella estaba convertida en una pequeña hadita.
Y el joven, fue a buscarla como todos los días.
Ella muy triste lo esperaba posada en una extraña rosa azul, pensando en como su amado la reconocería.
El va al lugar de siempre buscando a su amor, no la logra ver, pero siente el aroma de su mujer. Entonces notó la extraña y hermosa rosa azul, y llegó a ver al hada que esperaba sentada.
El la reconoció y la tomó en su mano y quedaron como en el principio, solo mirándose a los ojos.
El mago aun incrédulo, quedó sorprendido al ver que se reconociesen, pensó: parece que lo hice muy fácil, pero mi palabra cumpliré, se acompañaran vida tras vida, mientras pasen las pruebas.
Surgieron muchas vidas juntos y cada vez eran sus pruebas más y más fuertes, pero el mago no lograba aceptar un amor tan grande, así que cada vez era más difícil pero siempre se encontraban.
Antes de la última que tiene ahora, el mago los había separado de tal manera que pareciese imposible el que se pudiesen encontrar. Se encontraban cada uno en lugares muy lejanos en el mundo.
La distancia no pudo tampoco con ese amor y se volvieron a encontrar para seguir su historia sin final.
Me ha contado el ángel, que ella ahora guarda de sus sueños y utiliza la brisa para darle caricias, duerme a su lado todas las noches y él le pide que nunca lo abandone.
Están condenados a sufrir por amor, pero no les importa, pues la recompensa es buena.
Aprendió que el amor verdadero no tiene límites ni barreras, mas no hay nadie que lo detenga.
Se siente dichosa de que se pudieron reconocer y poder vivir el amor verdadero.
Ahora es el ángel de ese joven, el siente su presencia y mientras el duerme, ella le toma de la mano lo saca a su mundo y danzan en las nubes.
Un día me protegiste y me devolviste el camino a mi hogar.
Hoy cuido de tus pasos y tus sueños, más haremos el amor en cada una de las estrellas.